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El rol de su hijo Nicolás y “recuperar la confianza”: los pasos de Alejandro Weinstein en la toma de control de Procaps
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A su fin están llegando los conflictos en el laboratorio colombiano Procaps, luego de que durante dos años se desataran disputas por el manejo de la compañía y cuyo rol más activo lo protagonizó el empresario chileno Alejandro Weinstein -ex controlador de CFR Pharmaceuticals-, disconforme con el manejo que hasta ahora han liderado los hermanos José y Rubén Minski en Procaps.
Luego de cuestionar la lenta estrategia de M&A desplegada por Procaps bajo la administración Minski, con el tiempo se fueron sumando más y más problemas, en un cóctel en el que aparecieron quebrantadas reglas del propio Nasdaq -ante la imposibilidad de Procaps de presentar en tiempo y forma sus estados financieros-; el retiro de Deloitte de su informe de auditoría de los balances de la firma; y una investigación interna que activó la propia compañía por una operación entre partes relacionadas.
Todos reclamos que representó Weinstein, haciendo propuestas de cambio, y que ahora están decantando en que este hombre de negocios chileno tomará el control de Procaps, luego de una junta de accionistas citada para el 16 de diciembre, en que se verificará un recambio del directorio, que resultará en que, de siete integrantes, cinco serán elegidos con los votos de Weinstein.
¿Cómo se llegó a este resultado? Los bancos acreedores -con quienes Procaps debía reestructurar deuda- pidieron que los accionistas principales pusieran capital, y como los Minski no estuvieron disponible a aquello, Weinstein tomó la bandera, con condiciones, por supuesto, como la salida completa de los Minski de la administración y la entrada de Weinstein como presidente ejecutivo (executive chairman).
Así se viabilizó un aumento de capital por hasta US$ 40 millones, de los cuales US$ 20 millones ya están materializados la semana pasada, y los restantes US$ 20 millones están previstos para fines de diciembre.
Y aunque todavía no se sabe a ciencia cierta con qué porcentaje quedará la sociedad de Weinstein, Hoche Partners Pharma Holding, es claro que subirá de su actual 14%. Y, por otro lado, los hermanos Minski, que ostentaban el 60% a través de diversas sociedades, quedarán con en torno al 20 a 30% de los derechos económicos, pero traspasaron sus derechos políticos de sus acciones a Weinstein.
En este desembarco en Procaps, Weinstein no está solo, sino que lo acompaña un equipo que se sumará al directorio, y que además de Weinstein integrará uno de sus cuatro hijos, Nicolás Weinstein Díaz, ingeniero comercial de la UAI, con estudios en Harvard y un MBA de Kellogg School of Management, quien fue gerente general de Recalcine en Chile y quien se quedó en esta compañía cuando Abbott la adquirió.
Hoy está radicado en Miami, con negocios y emprendimientos propios. Por ejemplo, en 2020 cofundó Respark Residential LLC, un fondo que se dedica a invertir en activos de real estate, multifamily e industriales, en el Sunbelt de Estados Unidos, desde Arizona, Texas, Giorgia, Florida, Carolina del Norte y del Sur.
Los otros tres hijos de Alejandro Weinstein están en otras diversas ocupaciones: Martín también está radicado en Miami y se enfoca en los negocios de real estate y agrícolas; Henry está más enfocado en directorios de compañías ligadas a Olive Tree, otra rama de negcios de Weinstein; y su hija Noel está ahora de posnatal. Estos dos últimos están radicados en NY.
También en la mesa de Procaps lo acompañará otro chileno, José Frugone Domke, también ex CFR y ex Abbott; Ernesto Carrizosa, ejecutivo de WM Partners, el private equity dedicado a invertir en health and wellness también ligado a Weinstein; y el conocido abogado chileno Alberto Eguiguren.
Los Minski sólo conservarán un puesto en el directorio, que ocupará José Minski, y el séptimo integrante de la mesa es un independiente, David Yanovich.
Con todo, la tarea de Weinstein y su equipo no será fácil. La nueva administración deberá acometer un turnaround de la compañía, un cambio de rumbo y de recuperación. Esto ya incluyó la renegociación de una deuda por unos US$ 260 millones como parte del acuerdo. Además, deberá vender activos prescindibles; y en lo inmediato, la próxima semana, debería estar lista una auditoría externa encargada a KPMG para saber qué sucedió con el problema contable ocurrido durante la anterior administración encabezada por Minski.
Y, por cierto, emprender un plan de crecimiento al estilo de lo que en Chile hizo en el pasado con Recalcine, que activó un periodo de M&A con diversas compras en el mundo, se transformó en CFR Pharmaceuticals, y terminó vendiendo la compañía a Abbott en US$ 2.900 millones hace una década. La idea con Procaps es similar. Crecer y luego vender… o fusionarse.
Consultado Alejandro Weinstein por DF MAS, sólo declaró: “El tamaño de los errores de la administración anterior es el tamaño de la oportunidad. Hay que recuperar la confianza con inversionistas y stakeholders que el controlador anterior sencillamente destruyó”.